La vida es bella, decía una película. Nada es para siempre, decía una canción. Y nos dijeron que los sueños se podían hacer realidad, pero se les olvidó mencionar que las pesadillas también son sueños.
No obstante, si algo he aprendido de esta vida es que nunca sabremos que pasará mañana. Porque nunca sabes cuando se puede abrir una puerta; pero entiende que todo no puede ser, y si se abre una puerta, otra se cierra, porque al fin y al cabo, la vida es eso, elegir en cada paso que des. Y, ¿qué sería de nosotros si no tomaramos esas decisiones que nos hacen equivocarnos y aprender de ellas? Porque a decir verdad, nos quejamos de que siempre estamos en una constante de subidas y bajadas, de que nunca obtenemos una estabilidad, y de que siempre todo lo malo nos pasa a nosotros, pero por favor, mírate en el espejo y di para ti mismo: podría ser peor.
Somos afortunados simplemente por estar vivos, y no somos conscientes de ello. Siempre esperamos a chocarnos con el muro o a tropezarnos con la piedra para darnos cuenta de la realidad de las cosas, pero, ¿por qué somos la única especie que tropieza dos veces (o más) con la misma piedra? ¿Por qué somos así de masoquistas y repetitivos? Porque quizá creemos que siempre habrán segundas oportunidades. Y párate a pensar y dime que tú no te has enamorado de esa persona aún sabiendo que te haría sufrir, dime que es mentira que le has gritado a tu madre cuando ella solo intentaba protegerte, dime que no es cierto que has hecho daño a personas que quieres, y por último, dime que no te has hecho daño a ti mismo por intentar acercarte a eso que llaman "felicidad".
Mentimos, nos enfadamos, gritamos, odiamos, amamos, despreciamos, y nos equivocamos continuamente. Pero somos humanos, y no podemos evitarlo, llevamos las emociones dentro, y si no las sacamos, explotamos. Y lo peor es que no pararemos nunca. Pero hay una esperanza, y mientras haya esperanza, todo irá mejor. Así que deja de llorar por algo que no tiene sentido, entierra el pasado, vive el presente y espera el futuro. Deja de lamentarte por lo que no pasó, hay un motivo por el que fue así. No te cierres y sé curioso porque la curiosidad nos hace seguir nuevos caminos. Equivócate o coge el tren equivocado, pero aprende de ello. Di a la persona que quieres, que la quieres. No pierdas el tiempo, pues nunca volverá. Disfruta de la vida, y pierde el miedo a arriesgarte, porque quizá la solución perfecta es arriesgarte y dejarte llevar.
Simplemente, vive como el que más e intenta que tu estancia en este viaje, sea la mejor posible.