9 de noviembre de 2012

A buena hora.

            Domingo de otoño, nueve de la noche. Sentado en mi cuarto y pensando lo que el tiempo esconde. Mirando las fotos, leyendo tus cartas, gritando tu nombre. Hace un momento me has llamado, después de tantos años, quizá tu conciencia y mi paciencia se han vuelto aliados. Me dices que en este momento quisieras estar aquí, a mi lado. Y yo, que hasta sonrío por no empezar a llorar.. has tenido tanto tiempo y no has querido regresar. 

           A buena hora vienes a decirme que yo soy esa persona, que ha sabido darte lo que el corazón no borra, ahora te equivocas. A buena hora vienes a curar el alma que dejaste rota, a buena hora vienes a cambiar mi vida porque ahora se te antoja. 

            Domingo de otoño, nueve de la noche. La madre experiencia me ha dicho que ya no me conforme. El tiempo y los años colocan a unos donde corresponden. Y tú cómo te atreves otra vez a dar marcha atrás. Has tenido tanto tiempo.. mejor te quedas como estás y permíteme decir, que a buena hora vienes a decirme que yo soy esa persona. 

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