22 de agosto de 2012

Aquella mañana.

               Sucedió aquella mañana, cuando me levanté y me di cuenta de que no necesitaba nada más para ser feliz. El destino estaba conmigo, la vida me había sonreído y yo me creí la persona más afortunada del mundo. Todo era realmente gratificante y nunca he tenido una mejor época.  Hoy, esa época ya queda muy atrás, pero aún siguen los recuerdos. Los recuerdos de una vida plena […]

        Y aunque ya no tenga esa vida, estoy satisfecho con lo que he tenido y con lo tengo. Porque a fin de cuentas, todo aquello que anteriormente estuvo conmigo y ahora ya no, será por algún motivo, pero nada es para siempre y sé que todo lo que he dejado atrás algún día volverá.  Y, ¿Lo que tendré? Eso es realmente lo mejor de todo, porque no sé lo que tendré o lo que me sucederá, esa agridulce sensación de esa intriga por el mañana. Porque soy fan de imaginarme distintas vidas en distintos lugares con distintas personas, aunque sé que al final solo una vida tendré, pero y, ¿qué más da soñar e imaginar? …si es gratis. Y aquí viene lo mejor, HACER REALIDAD TUS SUEÑOS, tus ideas, tus planes, llevar a cabo eso que siempre quisiste hacer, estar al borde de la gloria, solo por un segundo y pensar, ¿ha valido la pena todo lo que he hecho de aquí hacía atrás para tener esto? Y que te llenes la boca diciendo bien alto: SI.

        Porque no hay mayor satisfacción que demostrar que pudiste hacer todas aquellas cosas que siempre te dijeron que nunca conseguirías, porque no hay mayor satisfacción que la de estar bien contigo mismo y llorar de la alegría al ver todo lo que has conseguido, con esfuerzo y sudores, pero al fin y al cabo, tuyo al completo. Oh… estamos ante la mejor sensación del mundo, y nunca nadie la aprovecha del todo. Así qué, ¿por qué no sonreír a la vida? Al fin y al cabo, no saldrás vivo de ella, y si tú le sonríes a la vida, ella te sonreirá a ti. Eso es un hecho. 

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