15 de octubre de 2013

Las manos de mi abuelo

           Las manos de mi abuelo y mi abuelo tenían los mismos años.

         Cualquiera como tú y como yo tiene manos normales.  Mi abuelo no. Sus manos cambiaban. Y la vida le dio tiempo para ser de todo. Fueron martillo para las nueces y algodones para los huevos de las gallinas. Pañuelo para sus ojos y también para los de mi abuela. Manos de amigo para tenderlas y de travieso para esconderlas. Manos inútiles para la guerra pero fuertes labrando la tierra. 

          Las manos de mi abuelo nunca dijeron adiós. Simplemente descansaron sobre su pecho. Y el tiempo se las llevó. 



15 de octubre de 2010

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