Hola, me pasaba por aquí para decirte que a pesar del final que tuvimos, los recuerdos, nuestros recuerdos, son los que aún me alimentan. Sí, esos recuerdos que tanto me he esforzado por guardar en una caja bajo llave en lo más profundo de mi corazón. Sí, aún te amo, pero ¿quién no lo haría con todo lo que me has dado? Y sí, me has hecho daño, te he hecho daño, nos hemos dañado, nos hemos destruido el uno al otro, pero ya ves, aquí estoy haciendo una entrada al fantasma de lo nuestro...
Porque he estado viendo nuestras fotos, nuestros videos, nuestras cartas y también nuestras dedicatorias en las tapas de las pizzas que pedíamos cada vez que iba a Fuerteventura. Oh sí, esa adictiva playa que tan solo era nuestra, esas noches en las hamacas mirando las estrellas, esas escapadas nocturnas, esos juegos en los vestuarios de la playa, esos helados, bueno, ese helado que era para los dos, ese anillo que me diste con una puesta de sol, esa canción me cantaste cuando cumplimos un año, o quizás ese día que fuimos al Aqualand. Pero también esas noches sacando a Perry, esas fotos espontáneas que tanto te gustaban, esos sustos a mi hermano mientras se duchaba, esas risas que nos daban en los momentos menos oportunos, sí, ya sé de lo que te acabas de acordar, yo también me acordé. Y quizás esas noches de largas conversaciones, como aquella vez que nos quedamos dormidos mientras nos besábamos, y cómo olvidar esos atracos a la nevera en mitad de la noche, pero sin duda.. ¿cómo no recordar esos ojos que me enamoraron?
Por todo eso y más, gracias... Porque tú has sido la persona que me enseñó a amar, porque solo por ti hubiera luchado a capa y espada, porque por ti hubiera renunciado a mi vida y a mis sueños. Porque sólo tú eres mi debilidad y mi gran y verdadero amor...