20 de julio de 2012

Beatriz.

            Hoy, tu gran día, y como cada año, aquí estoy para felicitarte. Quizás, ésta no sea la mejor manera de hacerlo, pero por circunstancias que ya sabes no he podido estar hoy contigo; es el primer cumpleaños, desde que te conozco, al que no voy a tu casa a verte. De manera que, ¡¡MUCHÍSIMAS FELICIDADES BEA!! 

          En días como estos, me doy cuenta de lo afortunado que soy de tener amigas como tú, una gran persona tanto por dentro como por fuera. Una gran amiga, que eso es lo que eres, aunque bueno, ya eres de la familia.

         Te tengo que agradecer todo lo que me has ayudado, por tus consejos incondicionales, por tus palabras tranquilizadoras, por tu paciencia insuperable y sobre todo por a pesar de todo, seguir manteniendo el contacto contigo. Porque como ya te dije el otro día, pensé que al irte a estudiar fuera, muchas cosas se enfriarían o incluso se marchitarían, pero me demostraste que ni tan si quiera un trozo de mar ha podido para que sigamos siendo los mismos de siempre. Porque de verdad, que tú, a kilometros de mi, me has demostrado y ayudado más de lo que algunas personas que están a mi lado, ha hecho. Lo cierto es que sin ti, en muchas ocasiones no hubiera sabido que hacer, y tú has sido como esa especie de ángel de la guarda que me salva de no equivocarme.  Y lo que más me gusta de todo eso, es que sé que el tiempo seguirá pasando y nosotros, los de entonces, seguiremos siendo los mismos, aunque ya sabes lo que dicen.. nunca digas siempre, pero Bea, lo siento en el corazón, siento que ya pueden pasar semanas, meses o incluso años, y seguiremos aquí, juntos.. y ya sea que estés en Tenerife, Salamanca o Australia. 

          Porque da igual dónde estés tú o donde esté yo, siempre hallaremos la forma de estar juntos. 

12 de julio de 2012

El instituto.


          Ha llegado el momento en el que nuestros caminos se separan. Muchos no volveremos a encontrarnos y otros, simplemente seguirán con su camino, como lo haría cualquier persona normal. Pero fue bonito, fue bonito mientras duró. Fue una etapa en la que nos hicimos maduros, en la que crecimos como personas. Una etapa en la que nos hicimos fuertes. Esa etapa, terminó hace un mes.

         Llegamos al instituto siendo unos renacuajos, de los cuales, algunos aún jugábamos a Pokemon.. y salimos siendo personas dispuestas a luchar por nuestros sueños. Personas que han recogido (algunos más que otros) unos valores, los valores morales que nos guiaran en nuestras vidas. Muchos aprendimos la diferencia entre imposible e improbable. Aprendimos que nada se consigue por arte de magia. Aprendimos también, a caernos y levantarnos, a seguir siempre adelante. A nunca rendirnos, a siempre luchar por nuestros sueños. Pero sobre todo, aprendimos a ser personas que el día de mañana, formaran su propia familia.

         Sin embargo, el aprendizaje aún no ha acabado, y lo mejor es que nunca termiará, pues siempre nos quedará algo por saber o aprender. Nunca nos iremos a la cama sin conocer algo que no conociamos. Pero todo esto, no lo hubiesemos conseguido sin todo nuestro esfuerzo y toda nuestra constancia.

     Para todos aquellos que no nos rendiremos y que seguiremos aprendiendo, para todos aquellos que en un momento de mi vida, se han cruzado en mi camino: Gracias, porque de alguna manera u otra he aprendido de ustedes. Ahora, a seguir luchando por nuestros sueños, adelante.

4 de julio de 2012

Después de un tiempo.

          Después de un tiempo, uno aprende la diferencia, la sutil diferencia entre sostener una mano y encadenar un alma. Y uno aprende que el amor no significa acostarse y la compañía no siempre significa seguridad. Y empiezas a aprender que los besos no son contratos y los regalos no son promesas. Y empiezas a aceptar tus derrotas con la cabeza erguida y los ojos por delante con la gracia de un adulto y no con el dolor de un niño. Y aprendes a construir todos tus caminos en el hoy porque el terreno del mañana es demasiado incierto para hacer planes, y los futuros tienen esa extraña forma de caerse en pleno vuelo. Y uno aprende que da igual cuánto te importen a ti las cosas, a algunas personas simplemente, no les importará. Y deberás aceptar que no importa cuán bueno seas pues te harán daño de vez en cuando y tu lo perdonaras. Aprendes que hablar y llorar puede aliviar el dolor. Descubres que toma años construir la confianza y sólo segundos para destruirla.

          Aprendes que la amistad verdadera continua creciendo, incluso a largas distancias. Lo que importa no es lo que tienes en la vida sino a quien tienes en la vida. Aprendes que no tenemos que cambiar de amigos si comprendemos que los amigos cambian, y te das cuenta que tu mejor amigo y tú pueden estar haciendo cualquier cosa o nada, pero siempre pasando buenos ratos juntos. Comprendes que tienes que perdonar y ser cariñoso con las personas a las que quieres, pues puede ser la última vez que las veas. Aprendes que las circunstancias y el medio influyen en nosotros, pero que somos los únicos responsables. Descubres que lleva mucho tiempo convertirse en la persona que quiere ser, y que el tiempo es corto. Aprendes que no importa dónde has llegado, pero sí a donde vas, porque si no sabes a dónde vas, cualquier lugar sirve. Aprendes que si no controlas tus actos, éstos pueden acarrear grandes consecuencias, y que ser flexible no significa ser débil o no tener personalidad, porque no importa cuán delicada y frágil sea la situación, siempre existen dos lados. Aprendes que los héroes son personas que hicieron lo necesario para enfrentar las consecuencias. Aprendes que la paciencia requiere mucha práctica.

         Descubres que a veces la persona que esperas que te pise cuando te caes es una de las pocas que te ayuda a levantarte. Aprendes que la madurez tiene que ver más con los tipos de experiencias que tuviste y con lo que aprendiste de ellos que con cuántos cumpleaños has celebrado. Aprendes que hay más de tus padres en ti de lo que pensabas. Y que nunca se debe decir a un niño que los sueños son una tontería, pues sería un gran error si se lo cree. Aprendes que cuando te enfadas tienes el derecho de estarlo, pero no el derecho de ser cruel.

           Descubres que sólo porque alguien no te ame como tú quieras, no significa que el amor no sirva. Y lo irónico es que posiblemente haya personas que te amen, pero que simplemente no saben cómo demostralo. Y caes en la cuenta de que a veces tienes que aprender a perdonarte a tí mismo, para luego hacerlo con los demás. Te das cuenta de que con la misma crueldad que tú juzgaste a alguien sin saber, alguien lo hizo contigo.. Se aprende que no importa en cuantos pedazos se rompa tu corazón, ya que el mundo no se detendrá para que lo arregles. Se aprende que el tiempo no es algo que se pueda volver atrás. Así que... ¿por qué no plantar tu propio jardín y decorar tu propia alma en lugar de esperar a que alguien te traiga flores? Y de este modo, uno aprende que realmente puede aguantar... que es realmente fuerte, y puedes ir mucho más lejos de lo que crees o de lo que te dijeron que no podrías.

Y finalmente, que la vida realmente tiene valor y que tú tienes valor en la vida.

3 de julio de 2012

María Inés.

          Un año más me siento súperafortunado de poder decirle "MUCHÍSIMAS FELICIDADES" a una de las mejores personas que este mundo pudo conocer, ella es, María Inés. Mi gran amiga. 

          Lo cierto es que el tiempo ha pasado muy rápido y parece que fue ayer cuando nos vimos por primera vez, aquel 2008 en el instituto. Pero míranos, ahora ya estamos en el año 2012, hoy cumples diecinueve años y llevamos siendo amigos desde entonces, y cada día más. Nosotros hemos sido lo que se dice unos amigos verdaderos. Porque ha llovido mucho desde entonces y sin embargo, a pesar de no vernos tanto como antes, y de no hablar tanto como lo hacíamos, sabemos perfectamente que tanto tú puedes recurrir a mi, como yo a ti. Sí, han pasado muchas cosas de aquel primer encuentro, pero te prometo, Meri, que una de las mejores cosas que me pudo pasar en aquel 4º fue conocerte a ti. Nadie me dijo que con el tiempo llegaríamos a esto, pero la verdad es que no me arrepiento de nada. Y es que eres tan perfecta, tan sabia, tan tú misma sin importar que digan los demás. Eres tan de que te llamo a las cinco de la mañana y sé que me contestarás el teléfono.. No sé Meri, simplemente para mi, eres perfecta. Y ya quisieran muchos y muchas conocer a alguien como tú; no tienes nada que envidiar a nadie. Tú misma brillas con luz propia y sé que lo seguirás haciendo. 

        Por todo lo que hemos vivido y por todo lo que nos queda por vivir.. te amo. Ya sabes donde vivo, cual es mi número y cómo encontrarme o localizarme en cualquier caso, así que tan solo decirte que no lo dudes. TE AMO MUCHÍSIMO.