Hoy, tu gran día, y como cada año, aquí estoy para felicitarte. Quizás, ésta no sea la mejor manera de hacerlo, pero por circunstancias que ya sabes no he podido estar hoy contigo; es el primer cumpleaños, desde que te conozco, al que no voy a tu casa a verte. De manera que, ¡¡MUCHÍSIMAS FELICIDADES BEA!!
En días como estos, me doy cuenta de lo afortunado que soy de tener amigas como tú, una gran persona tanto por dentro como por fuera. Una gran amiga, que eso es lo que eres, aunque bueno, ya eres de la familia.
Te tengo que agradecer todo lo que me has ayudado, por tus consejos incondicionales, por tus palabras tranquilizadoras, por tu paciencia insuperable y sobre todo por a pesar de todo, seguir manteniendo el contacto contigo. Porque como ya te dije el otro día, pensé que al irte a estudiar fuera, muchas cosas se enfriarían o incluso se marchitarían, pero me demostraste que ni tan si quiera un trozo de mar ha podido para que sigamos siendo los mismos de siempre. Porque de verdad, que tú, a kilometros de mi, me has demostrado y ayudado más de lo que algunas personas que están a mi lado, ha hecho. Lo cierto es que sin ti, en muchas ocasiones no hubiera sabido que hacer, y tú has sido como esa especie de ángel de la guarda que me salva de no equivocarme. Y lo que más me gusta de todo eso, es que sé que el tiempo seguirá pasando y nosotros, los de entonces, seguiremos siendo los mismos, aunque ya sabes lo que dicen.. nunca digas siempre, pero Bea, lo siento en el corazón, siento que ya pueden pasar semanas, meses o incluso años, y seguiremos aquí, juntos.. y ya sea que estés en Tenerife, Salamanca o Australia.
Porque da igual dónde estés tú o donde esté yo, siempre hallaremos la forma de estar juntos.
Porque da igual dónde estés tú o donde esté yo, siempre hallaremos la forma de estar juntos.