8 de diciembre de 2016

J*** fisio

Será mejor que dejemos de hablar. Esto no lleva a ninguna parte. Me he dado cuenta de que no le pones las mismas ganas. Y yo, precisamente, lo que buscaba no era a alguien con mis mismos gustos, si no con mis mismas ganas. Desde luego no eres tú. Aunque te salvara de aquella estrepitosa noche. Aunque pusieras un corazón al lado de mi nombre en Whatsapp. Aunque nos conociéramos de esa forma tan... ¿qué te voy a decir? Para mi fue bonita. Aunque tus besos me sepan a poco. Aunque dormir a tu lado se traduzca en no poder moverme durante toda la noche por lo fuerte que te agarras a mi pecho. Pero, ¿de qué sirve eso, si no le pones las ganas? No digo muchas, digo las justas.

Ya sé que nadie tiene razón, sólo pensé que podrías ser tú. Y la culpa tampoco es tuya. La próxima vez tendré (más) cuidado con las expectativas. Las que puse en ti. En lo que ¿quién sabe que tenemos?. Porque aunque nunca fuéramos nada siempre hubo algo. 
Te dije que no dormía con cualquiera y no te diste cuenta de lo que quería decir(te) ¿Por qué pensé que lo entenderías? Aún sigo esperando tu whatsapp de vuelta.

En fin, ¿qué te digo yo, que no se lea en mis ojos ya? Que me gustas. Pero que no tanto como tú a mi. Y no volveré a pasar eso ni en cien vidas.


Post data: si te lo he dado, es tuyo. Ya sea el tiempo, las miradas o el corazón.





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