Quizá esto será así siempre. Quizás jamás vuelva a sentir unos brazos cada noche cuando vaya a dormir. Quizá me tocará vivir de esta manera, tan sólo.. en ocasiones. Porque verdaderamente es así como me siento, y sé que jamás lo digo, pero necesito a alguien. Necesito dar el amor que tengo, necesito que me entreguen su amor. Que me hagan sentir que puedo intentar hacer feliz a alguien. Simplemente.. llenar el hueco tan profundo que tengo en el pecho.
Supongo que es más difícil de lo que pensé, y quizá hoy ya firmo mi más fuerte y sincera rendición. Me retiro, me retiro del pie de guerra, ya no buscaré el amor que me haga sentir especial, ya no andaré con los ojos abiertos viendo en alguien lo que jamás verá en mi.. Me han hecho creer que definitivamente no nací para esto. Me han grabado con hierro ardiendo que no, que no volveré a sentirme especial. Y quizá lleven razón. En cualquier caso, aquí, en esta entrada dejo todas mis ganas de seguir buscando a la persona que tanto necesito.
Y resulta bastante curioso que yo hable así, cuando siempre estoy pregonando a los cuatro vientos que hemos nacido por amor y por amor moriremos. Qué he cantado hasta la saciedad lo maravilloso y sorprendente que puede llegar a ser el sentimiento más fuerte y bonito que lo humanos hemos creado: el amor. Qué siempre estoy dando consejos de no rendirse, de seguir adelante.. de siempre caminar un poco más. Pero hoy, hoy ya no tengo más fuerzas de seguir haciéndolo. Hoy ya no...