Siempre he sido de esos que piensan que hay cosas que no cambian. O que
no deberían. Por eso hoy te escribo esto. Ya no sólo porque puedo, sino
porque quiero.
Últimamente nos hemos olvidado de todo y en esta ocasión no busco, ni
quiero encontrar culpables. En esta ocasión sólo hay víctimas, las de aquella
amistad que ayer fue verdad y hoy Facebook nos tiene que recordar.
Pero si soy sincero, me acuerdo mucho de ti, probablemente mucho más de lo
que crees. Cuando me vine a Madrid; cuando dejé el trabajo; cada vez que
conozco a alguien; en navidad y en mi cumpleaños; cuando veo las fotos de tus
hermanos o simplemente cuando alguien me dice “mi cielo”. Cada vez que me he caído y levantado; cuando
mi madre me pregunta por ti o Cinthia, Pedro, Bárbara…
Y no me acuerdo de ti porque me hagas falta, sino porque echo de menos todo
eso que compartíamos. Esa clase de intimidad invisible. Todo lo que nos contábamos.
Tan solo el hecho de saber que estas al otro lado del teléfono. Solo eso. Tener
la seguridad de que estás aunque no te vea. Estar cuando te hiciera falta a ti
o cuando tú a mí. Sólo estar. Solo “micielo’s team”.
Y si tengo que ser más sincero aún: no he vuelto a tener a un amigo como
tú. Ni parecido. Por eso tengo que darte las gracias, porque aquellos años sin
ti no hubieran sido lo mismo. De hecho, nada es lo mismo. No digo que ahora sea
peor, ni mejor. Tan solo que no es igual. Así que, gracias. Por tener siempre
un comentario tonto en los momentos que más falta hacía. O por haber llegado.
¡Feliz cumpleaños, Dani “melancólico”!
Espero que este año te traiga todas las cosas buenas que al año anterior se
le olvidaron y sobre todo, que seas inmensamente feliz.
Que yo lo vea ya es cosa tuya.
¡Felices veintisei… cinco!
"Día de no bicis"
5 de septiembre de 2013