30 de junio de 2012

Mi pequeña elfa.

Querida Melody,


            Como no podía ser de otro modo, aquí me tienes, escribiéndote uno de esos textitos que tanto te gustan. Pero esta vez el motivo no es una composición de lengua, ni un discurso de final de curso, esta vez, el motivo es otro, es otro muchísimo más importante, esta vez, el motivo eres tú, FELIZ CUMPLEAÑOS. 

          Te me haces mayor, y a pesar de que yo tan solo he podido disfrutar de tu compañía estos dos últimos años, ya te siento dentro mi corazón. Porque te aseguro Melody, que como tú no hay dos, ni tres ni ninguna... tú eres única, exclusiva y perfecta. Y yo, éste que te manda esta carta, me siento una persona afortunada, y uno de los grandes motivos es porque a día de hoy y sé que por el resto de los años, podré contar con alguien como tú. Tan especial y tan verdadera. Por otro lado, he de darte las gracias, porque nunca, los años de clases habían sido tan divertidos como los que he vivido a tu lado. La lástima es no haberte conocido antes, pero la recompensar será aprovecharte hasta el final, y ya que no estuve desde el principio, conceme el honor de quedarme para siempre. 

             Ya es hora de darnos cuenta y de aprender a valorar en el presente todo lo que tenemos. De nada sirve llorar por lo que dejamos ir, por lo que no hicimos, por lo que no le dimos importancia: ya no está. La vida no puede rebobinarse, ni modificarse. Las escenas quedan grabadas y no hay forma de eliminar los trozos de la cinta que no nos gustan, ni podemos regrabarla, ni siquiera podemos detenerla en los buenos momentos, solo está en nosotros la posibilidad de continuar filmando y que a partir de hoy cada escena sea única e irrepetible y por encima de todo sea tan valiosa que no nos haga arrepentirnos nunca.

        Tu DAMPI te desea el mejor de los cumpleaños, que disfrutes muchísimo de estos dieciocho, que ahora ya eres un poco más libre, aunque no sé si eso es del todo bueno, pero sé con certeza de que sabrás identificar el límite... En serio, disfruta cada momento que la vida te brinda, para que cuando mires al pasado sonrías y mires hacia el futuro con optimismo, ya que no hay mayor satisfacción que mirar al pasado y sentirte bien con lo que ves.