Hay un momento en tu vida, en el que te paras a pensar en lo que tuviste, en lo que tienes y en lo que posiblemente tendrás. En ese momento te puedes sentir de tres formas: apenado, por lo que ya no tienes, orgulloso de lo que ahora tienes y esperanzado por lo que tendrás.
A veces, es bueno parar y pensar en ello. Porque si lo haces te darás cuenta de que nunca tuviste nada. Y que lo que tienes ahora, igual que antes no estaba, mañana tampoco lo estará. Quizás habrá una luz al final del camino pero eso no lo sabrás si no sigues el camino que la vida te ha deparado con total precisión.
Conseguir la felicidad, decía Aristóteles, era algo casi imposible de conseguir y si podía ser, solo sería en el final de nuestra vida, cuando nos hayamos sentido realizados. Y trasladando su pensamiento a nuestra realidad, tampoco estaba tan loco este viejo filósofo. En realidad, ¿podemos decir que somos totalmente felices? Con el tiempo aprenderás la sutil diferencia entre creer serlo y realmente serlo. En muchas ocasiones decimos: ¡Qué feliz soy! pero eso no es otra cosa que producto de nuestra mera ignorancia. Porque luego abres los ojos y te das cuenta que la realidad que creías ver no era más que una cuarta parte de la realidad entera.
Dado esto, ¿Quién es feliz?
Me siento en la necesidad de ser sincero conmigo mismo y decir la verdad: no soy feliz y nunca lo he sido. Digamos que feliz es una palabra más amplia de lo que nosotros creemos. Sin embargo, pensándolo mejor, sí que hemos sido felices en un momento de nuestras vidas, y ese momento no es otro que en la infancia. ¿Quién no creía que los castillos de arena en la playa eran fortalezas impenetrables o castillos de hadas?, ¿Quién no vio que en la tele todo es posible y creyó poder volar, por ejemplo?, ¿Qué niña no sintió por un momento ser una bella mujer de mayor? o ¿Qué niño no creyó que superman y batman eran los superheros del mundo que venían a salvarnos de los malvados villanos que perturban la paz? Por favor, sed sinceros con vosotros mismos y decidme que una fiesta de cumpleaños o que vienen los reyes magos no era algo totalmente asombroso y mágico?.
A veces creo recordar mi infancia como la mejor etapa de mi vida y hoy me doy cuenta que nunca he sido tan feliz como en aquellos años.
Por eso, siempre, siempre, siempre, repito, siempre, viváis el momento, porque no hay mayor satisfacción que mirar hacia el pasado y sentirte cómodo con lo que ves. Pero no me hagáis mucho caso, porque yo, solo soy un soñador incansable y como todo soñador, estoy loco.